La Chía es una de las fuentes naturales más ricas en Omega-3. Ayuda a controlar los niveles de colesterol y triglicéridos. Colabora en el mantenimiento de la tensión arterial, favoreciendo una buena salud cardiovascular. Ayuda a prevenir las arterioesclerosis e inhibir la producción de trombos. Ayuda a mejorar la salud del sistema nervioso y la actividad cerebral. Favorece el desarrollo muscular y la regeneración de tejidos. Contiene antioxidantes, proteínas, aminoácidos, vitaminas y minerales. Aporta proteínas muy importantes para personas vegetarianas. Tiene un bajo contenido de sodio. Es un producto de origen vegetal.

Ayuda a reducir los niveles de colesterol y triglicéridos, complementado con el ejercicio físico y una dieta rica en fibras.

Las semillas de Chía poseen además una importante cantidad de antioxidantes, especialmente flavonoides, que aportan múltiples beneficios al organismo. Su función principal es eliminar los radicales libres que se producen como resultado de la oxidación celular y que impiden la renovación de las células. El aumento del número de radicales libres se relaciona con ciertas enfermedades de carácter degenerativo, como alteraciones del aparato circulatorio, del sistema nervioso o del envejecimiento precoz.

La Chía contiene cantidad significativa de proteínas (23%) y aminoácidos esenciales (aquellos que no pueden ser sintetizados por el propio organismo y deben obtenerse de fuentes externas), entre ellos la lisina. Por si alto contenido en proteínas, la semilla de Chía ayuda a construir y regenerar músculos y tejidos.

La Chía es una importante fuente de vitaminas del grupo B. También posee calcio en la semilla, entre 6 y 10 veces más que la leche. Además, contiene importantes cantidades de hierro, magnesio, potasio y fósforo, adecuadas cantidades de zinc y manganeso, siendo muy bajo su contenido de sodio.

Las grasas o lípidos constituyen alrededor del 25% al 35% de las calorías de la dieta y sus componentes básicos son los ácidos grasos. A través de las grasas de los alimentos, incorporamos los ácidos grasos esenciales, que son aquellos que no pueden ser producidos por el organismo. Existen dos tipos de grasas: grasas saturadas y grasas insaturadas.

Las grasas saturadas, promueven el aumento del colesterol total y del colesterol «malo» (LDL). Son las más aterogénicas, lo que significa que tienen mayor predisposición a formar placas en las arterias causando su obstrucción.

Estas grasas intervienen además en las múltiples enfermedades cardiovasculares.

Las grasas insaturadas se dividen en grasas monoinsaturadas y poliinsaturadas. En el grupo de las poliinsaturadas se encuentran los ácidos grasos esenciales que no pueden ser sintetizados por nuestro organismo y que son indispensables para el mismo, razón por la cual deben ser incorporados en la dieta. Los ácidos que la componen son: linoleico Omega 3 y linoleico Omega 6.

Los ácidos grasos Omega-3 y Omega-6 producen en el organismo diferentes sustancias con importantes funciones. Para mantener un buen estado de salud es necesario incorporar ambos, pero en la relación adecuada.

Las semillas de Chía representan una de las fuentes naturales más ricas en Omega-3 y el 82% de sus lípidos se componen de ácidos grasos esenciales. Los Omega 3 reducen el colesterol «malo» (LDL) a la vez que aumentan el nivel del «bueno» (HDL) y ayudan a disminuir también los triglicéridos. La Organización Mundial de la Salud recomienda un consumo diario de 500mg a 1500mg de Omega-3.

Reduce los niveles de colesterol y triglicéridos.

Apto para diabéticos.

Producto de origen vegetal.

Pueden consumirlo personas de todas las edades

Se recomienda el consumo de 1 a 2 cápsulas blandas al día.

30 Capsulas.